viernes, 25 de mayo de 2012
“Sexo” por “género”
Muchos de los grupos feministas buscaron el cambio del concepto de “sexo” por “género”. Para Florence Thomas “género es una operación de la cultura que nos permite entender por qué la diferencia sexual (XX o XY) implica desigualdad, valoraciones, asimetrías etc. Y por qué circula poder entre los sexos. El género por lo tanto es adquirido y modificable” .
Por esta discrepancia entre sexos, la designación de roles se desprende dependiendo del genero y de la sociedad, el cual ha sido el motor para llegar a la violencia de género que se identifica, más exactamente, dentro de una estructura patriarcal como la nuestra, basada en el machismo, empotrando la desigualdad y demás asimetrías entre hombres y mujeres.
Un verdadero Problema
En Colombia el problema de género es aún más fuerte ya que la sociedad Colombiana está marcada en un estilo puramente machista donde la mujer es relegada a hacer cosas pequeñas por su actitud, personalidad y fuerza, y es subestimada hasta el punto que cuando son las protagonistas de la sociedad, intentan minorizar al hombre generando un problema entre los dos sexos que inútilmente termina en maltratos, golpes, subestimaciones y muchos más.
En el contexto colombiano las conductas están fuertemente marcadas por una tradición cultural que ha dejado de lado la importancia de la razón en un intento de construir una transformación basada en la modernidad. La cultura latinoamericana tomó la modernidad como un elemento netamente material basado en el avance de la tecnología, el crecimiento de la industria y el mejoramiento de las condiciones económicas, sin embargo, no se tomo en cuenta una construcción del ser a través de la razón, las tradiciones siguieron vigentes, y las conductas se quedaron estancadas en una etapa histórica que invisibilizaba al sujeto.
“Las relaciones de género constituyen un juego simbólico que dentro del hábitus de la cultura. Las mujeres son vistas más como un objeto de dominación de los hombres que como sujetos. Específicamente la mujer se encasilla como objeto de intercambio y no como sujeto de intercambio, son objeto de la construcción social de un prestigio alimentado por la condición social de los hombres” .
Este imaginario colectivo que se ha originado en el sujeto, estructura a su vez su comportamiento, pese a las libertades que se muestran para evitar la desigualdad de género. Pero los roles sociales se siguen manifestando en la sociedad Colombiana y la cultura patriarcal contribuye a que estos imaginarios colectivos sigan fortaleciéndose.
El machismo se ha alimentado de los imaginarios de la sociedad colombiana para justificar las agresiones que se evidencian entre hombres y mujeres, especialmente en el entorno familiar. En la mayoría de los casos el hombre es quien ejerce violencia sobre la mujer, este caso, es más evidente en nuestro país, por ser en muchos casos violencia física. Pero la violencia cultural es un espacio de lucha por igual. Tanto mujeres como hombres tienen una percepción negativa del sexo opuesto, generalizando al género con preceptos negativos que descalifican y humillan el ser y actuar del otro.
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